¿Cómo una madre, en medio de la precariedad y soledad puede sacar adelante su vida en edad no madura?
Nandry Tatiana Epiayu, es una mujer de 30 años perteneciente a la comunidad Wayuu, la cual se encuentra ubicada principalmente en la zona norte de Colombia, La Guajira.
“Yo me siento muchas veces cansada por tener que llevar toda la carga de mi hogar y no tengo apoyo por parte de ningún familiar o el padre de esta niña” declaró Epiayu en un tono de reproche.
El entorno de Nandry es muy arraigado en sus costumbres, lastimosamente muchas de ellas misóginas y machistas. Realmente ella no tuvo la oportunidad de estudiar y es algo que lamenta en el presente.
Creció en una casa construida a base de troncos delgados de árboles que aparecen en la zona desértica de La Guajira y unidos con una especie de cemento artesanal que ellos crean mezclando barros los cuales se solidifican de manera increíble. Viviendas improvisadas, con la mayoría de sus implementos son realizados a mano y donde siempre le enseñaron a sacar el máximo de provecho a los recursos que le brindaba la tierra, tanto para uso medicinal como alimenticio.
Desde muy temprana edad Nandry tuvo que trabajar para colaborar en su hogar, salía a vender las artesanías que realizaban su madre y abuela. En ocasiones lograba conseguir empleo como aseadora en casas de familia y así ayudaba con el sustento en su hogar.
A los 14 años, tuvo un noviazgo con un hombre mayor de su comunidad, del cual reserva su nombre ya que lo describe como “alguien muy malo”, este la habría dejado desamparada al enterarse que estaba embarazada y huyó para no hacerse responsable de nada.
En su familia repudiaron su situación y la despreciaron en primer momento, pero después con apoyo de su madre atendió a su niña. Esto es muy frecuente en el entorno de Nandry, niñas pre adolescentes embarazadas por hombres mayores e irresponsables.
“ Mi hija Cecilia es muy inteligente, saca muy buenas notas en el colegio y a diferencia de mi si quiere construir un futuro prometedor, lo cual me alegra y enorgullece mucho”
Desde el comienzo de la pandemia, la situación para ella se volvió más difícil, su hija no contaba con computador o celular para asistir a sus clases virtuales y ella trabajaba eventualmente por lo que las personas querían mantenerse alejadas y evitar el contagio de COVID-19.
La esperanza de Nandry en recibir apoyo del gobierno fue disipando al ver cómo corrían los meses y su hija no podía presentarse en clase. La solución para ello fue que se le enviarán las listas de tareas que debía entregar y ella las enviaba de vuelta.
Nandry no pudo quedarse tranquila viendo que la situación iba para largo y debía conseguir dinero, así que empezó a realizar responsablemente mochilas tejidas y accesorios wayuu, dio a conocer sus productos con sus jefas en las casas que hacía limpieza y estás poco a poco le dieron fama por su buena calidad y diseño. De esta manera ha salido adelante emprendiendo con su talento empírico del tejido que es infravalorado por las personas que se rehúsan a pagar un precio justo por ellas.
Este es el ejemplo claro de una madre abnegada con sus hijos, como la escasez económica no es un impedimento para velar por la vida y comodidad de los seres que se aman.
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